Tiempo para otras cosas...

Son días extraños los que estamos pasando y los que están por venir. Experiencias, sensaciones, vivencias, momentos... todo nuevo y por experimentar en una sociedad que nos arrastra a una velocidad de vértigo y de repente... se detiene.
En el mundo educativo, como en tantos otros ámbitos, nos han asaltado las dudas y las inquietudes, pero también se está demostrando, el tesón, las ganas, la ilusión, la dedicación, de un colectivo que generalmente destacamos por ser el blanco de críticas y falacias, e incluso a veces somo auto-lesivos.

A día de hoy, en mi centro aún no hemos retomado las clases, debido a las fiestas locales (aunque no llegaron a celebrarse). Quizás el ir la retaguardia de otros compañeros pueda ser una ventaja, que nos facilite la puesta en marcha de un nuevo tipo de funcionamiento para el que no estábamos preparados, pero para el que seguro vamos a sacar adelante.

Muchos de vosotros habéis compartido vuestras inquietudes y experiencias estos primeros días, y nutriéndome de un buen puñado de ellas y con el convencimiento de otras, os quería compartir algunas ideas, creo que importantes, a tener en cuenta estos días que están por venir.

En primer lugar, no hago más que darle vueltas al problema que se puede generar con los alumnos más desfavorecidos, lo que llamamos coloquialmente la "brecha". Tal cuál, alumnos sin recursos, alumnos con un entorno familiar complicado, alumnos al fin y al cabo, para los que la escuela es un entorno seguro y favorecedor y que la ausencia de ella (la presencia física) no va a ser una ayuda. 
En la medida de lo posible, deberemos facilitar el contacto con ellos, el seguimiento, el acopañamiento, el cariño al fin y al cabo. Y probablemente aquí choquemos de frente con alguna de las normas (que no son pocas) que tenemos delante. No seré yo el que promulgue que pasemos de las normas, pero en casos muy particulares, quizás sí las podamos interpretar a nuestro favor (o a favor del alumno) u olvidarlas momentaneamente para ayudar a superar esta brecha.

Otra de las cosas que no podemos olvidar, es que el entorno en el que se encuentran los alumnos actualmente, nada tiene que ver con un aula ordinaria, y si no lo tenemos claro, miremos a nuestro alrededor... Por lo tanto, lo que no podemos pretender como docentes es que se mantenga la "normalidad" como en el aula, con la misma carga lectiva. Por suerte para todos, nuestras programaciones son documentos vivos, que pueden, y en este caso deben variar. Adaptémoslas a las nuevas condiciones, pero lo que debe estar claro es que no podemos mantener un ritmo como en el aula a diario. Demos un respiro a alumnos y familias, no lo olvidemos, no todo deber girar en el hogar alrededor de la actividad docente estos días, hay y debe haber tiempo para mucho más, facilitemos esos momentos.

Por último y no por ello menos importante, el acompañamiento. Antes hablaba de ello con respecto a algunos alumnos, ahora lo hago extensivo a todos. Que los alumnos nos sientan cerca, que puedan preguntarnos dudas (de lo que sea). Favorezcamos ese contacto virtual, por cualquiera de los medios que dispongamos, estoy convencido que ayudará a los alumnos a sobrellevar esta situación.

Personalmente estoy preocupado por mis alumnos, pero a la par estoy convencido que nos van a sorprender (espero que para bien) en la forma en la que van a gestionar la situación y sino... pues nos tocará reinventarnos, como tantas otras veces para intentar sacar lo mejor de cada uno.

Muchas gracias a todos, por lo compartido y lo que vendrá #elcolesigue #quedateencasa

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